Los cristianos que tratamos de seguir fielmente las enseñanzas de Jesús no debemos encerrarnos en nuestro pequeño mundo geográfico o mental. Hemos de estar abiertos al mundo, como la Iglesia de la que formamos parte. Cristo no predicó solo a los de su pueblo, sino a todos los hombres que se acercaban a escucharle. Anteponer los privilegios de raza, cultura o nacionalidad no casa con el Evangelio. Porque el nacionalismo levanta fronteras y encumbra lo propio como lo mejor y se convierte en un egoísmo que daña la convivencia y rompe la solidaridad.
![No debemos limitarnos a predicar la fe, sino que debemos vivirla – San Jorge Preca No debemos limitarnos a predicar la fe, sino que debemos vivirla – San Jorge Preca](https://live.staticflickr.com/65535/48376080201_5d3f67e55a_o.png)
Anunciar el Evangelio es tarea de todo bautizado. Pero este anuncio no es suficiente. Ha de ir acompañado de los actos que pregonen, a los