Mucho ruido encontramos en nuestras vidas. Proviene del exterior, pero también de nuestro interior. Y tanto ruido impide que escuchemos lo que realmente interesa: a Jesús, que, aunque nos habla siempre, solamente podemos escucharle con total nitidez cuando hay silencio en nuestro entorno. Conviene que, de vez en cuando, nos apartemos a donde podamos oírle con nitidez, apagando todas las voces que nos impidan escucharlo. Con toda seguridad, saldremos transformados y llenos de paz.
![No debemos limitarnos a predicar la fe, sino que debemos vivirla – San Jorge Preca No debemos limitarnos a predicar la fe, sino que debemos vivirla – San Jorge Preca](https://live.staticflickr.com/65535/48376080201_5d3f67e55a_o.png)
Anunciar el Evangelio es tarea de todo bautizado. Pero este anuncio no es suficiente. Ha de ir acompañado de los actos que pregonen, a los