Hay tantas cosas sobre Dios que no puedo comprender con mi mente humana que, en ocasiones, me entran dudas. Desearía saberlo todo, para ahuyentar de mí los miedos y las inseguridades. A lo mejor es que busco mi propia seguridad y me olvido de que lo que importa es amar a ese Dios que me amó tan locamente que entregó su vida por mí. ¿O es que no es esto motivo suficiente para no pensar en las dudas y creer firmemente que el amor a Él y a los hermanos es lo único que me debe importar?

La meta de cualquier cristiano es la santidad, siguiendo así las enseñanzas del Maestro. Alcanzarla es difícil, pero nunca imposible. Requiere de cada uno de