Somos propensos a enmendar las conductas de los otros. No porque no se ajusten a la justicia y a la verdad, sino porque no coinciden con nuestras apreciaciones de lo que está bien o no lo está. Damos consejos, juzgamos y hasta nos atrevemos a dictar sentencias condenatorias basándonos únicamente en nuestros propios criterios o intereses. Con ello no conseguimos más que dañarnos a nosotros mismos. Mejor nos iría, en vez de estar tan pendientes de los demás, si nos mirásemos nosotros interiormente y corrigiéramos nuestros muchos defectos.
![No debemos limitarnos a predicar la fe, sino que debemos vivirla – San Jorge Preca No debemos limitarnos a predicar la fe, sino que debemos vivirla – San Jorge Preca](https://live.staticflickr.com/65535/48376080201_5d3f67e55a_o.png)
Anunciar el Evangelio es tarea de todo bautizado. Pero este anuncio no es suficiente. Ha de ir acompañado de los actos que pregonen, a los