La costumbre de dejar pasar las pequeñas imperfecciones, las cosas que, aparentemente no tienen importancia, nos lleva, sin que nos demos cuenta, a ver como pequeño el gran defecto y asumirlo como algo normal. Solamente si nos esforzamos en eliminar las faltas pequeñas estaremos poniendo barreras a las grandes.
Cristo, estás clavado en la cruz. Eres inocente, sí, pero aceptas entregar tu vida por cada uno de nosotros. Este madero que hoy está físicamente